"EL ANIMAL DE COMPAÑÍA COMO APOYO EN LA TRANSICIÓN DE OTRAS PÉRDIDAS Y DUELOS"
📅El miércoles 9 de julio de 2025.
⏰De 18:00 a 19:30 Hrs.
💻Por medio de la Plataforma Zoom
👩🏻🏫 Impartido por la Médico Veterinaria Zootecnista y Tanatóloga Clínica Yurixi Sarai González Romero
🎯 Objetivos: Explorar cómo los animales de compañía pueden convertirse en una fuente significativa de estabilidad emocional ante una pérdida importante, facilitando la expresión de emociones y el proceso de adaptación durante el duelo.
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El Rol Terapéutico de los Animales de Compañía en la Transición Emocional y el Proceso de Duelo
MVZ y Tan. Clin. Yurixi Sarai González Romero, Asociación Mexicana de Tanatología, A.C.
Resumen
El presente artículo académico explora en profundidad el impacto significativo de los animales de compañía como fuentes de apoyo emocional y estabilidad durante los procesos de duelo y otras transiciones emocionales. Basado en la sesión académica impartida por la MVZ y Tan. Clin. Yurixi Sarai González Romero, esta investigación analiza los fundamentos científicos y los mecanismos psicoemocionales a través de los cuales la interacción con animales de compañía facilita la adaptación y el bienestar en momentos de pérdida. Se presenta evidencia académica que demuestra cómo la presencia de un animal puede reducir el riesgo cardíaco, mitigar la soledad, mejorar el estado de ánimo a través de la liberación de neurotransmisores asociados al bienestar, y ofrecer un espacio seguro para la expresión emocional. Asimismo, se aborda la relación entre la longevidad de los animales de compañía y la acumulación de pérdidas humanas que transitan junto a sus tutores. Finalmente, se discuten las redes de apoyo esenciales y las estrategias terapéuticas para manejar tanto el duelo por la pérdida de un ser querido como la del propio animal de compañía, con un enfoque en la culpa y la decisión consciente de integrar un nuevo compañero. El objetivo es contribuir al conocimiento sobre intervenciones terapéuticas no convencionales, visibilizando el potencial de estos seres como recursos vitales de acompañamiento emocional.
Palabras Clave: Animal de compañía, duelo, apoyo emocional, tanatología, bienestar, serotonina, dopamina, cortisol, redes de apoyo, neuronas espejo.
1. Introducción
La pérdida y el duelo son experiencias universales e inherentes a la condición humana. Si bien cada proceso de duelo es intrínsecamente personal y único en sus manifestaciones, la búsqueda de consuelo y apoyo se convierte en una necesidad fundamental. En este contexto, la relación entre humanos y animales de compañía ha evolucionado notablemente, trascendiendo el mero compañerismo para convertirse en un vínculo afectivo profundo, a menudo equiparable al que se establece con miembros de la familia. Los animales de compañía, definidos como aquellos que conviven con las personas, compartiendo su hogar y formando parte integral de su vida cotidiana, han demostrado ser aliados inesperados y poderosos en el manejo de las transiciones emocionales y el dolor de la pérdida.
Históricamente, la percepción de los animales ha pasado de ser meros trabajadores o habitantes exteriores a ser considerados parte de la familia, ocupando un lugar significativo no solo en el espacio físico de nuestros hogares, sino también en el corazón de las personas. Esta evolución cultural ha propiciado una conexión "increíble" entre humanos y animales de compañía, donde estos últimos son capaces de identificar estados emocionales y de salud en sus tutores, incluso antes de que los propios humanos los perciban. Investigaciones, como la de la Universidad de Gosmin en Londres en 2012, han demostrado que los perros pueden identificar el dolor o la tristeza en sus tutores, reaccionando con actitudes sumisas y buscando el contacto físico para consolar. Este comportamiento subraya la profunda capacidad de empatía y conexión que poseen los animales.
El presente artículo académico, sustentado en la disertación de la MVZ y Tan. Clin. Yurixi Sarai González Romero, se propone analizar científicamente el vínculo entre los animales de compañía y los procesos de duelo. Se explorarán los mecanismos psicoemocionales de apoyo que brindan, presentando evidencia académica y testimonios que demuestran cómo los animales de compañía pueden ser una fuente significativa de estabilidad emocional. El objetivo último es contribuir al conocimiento académico sobre intervenciones terapéuticas no convencionales en el manejo del duelo, visibilizando el inmenso potencial de los animales de compañía como recursos valiosos de acompañamiento emocional, facilitando la expresión de emociones y el proceso de adaptación durante las pérdidas.
2. El Animal de Compañía como Pilar de Apoyo Psicoemocional en el Duelo
La influencia positiva de los animales de compañía en la salud y el bienestar humano es ampliamente reconocida, abarcando aspectos psicológicos, fisiológicos, terapéuticos y psicosociales. Su capacidad como facilitadores de terapia asistida y motivacional ha permitido que sus efectos benéficos sean empleados en el ámbito terapéutico. Durante el duelo, donde las manifestaciones físicas, sociales y psicológicas pueden ser abrumadoras, los animales de compañía ofrecen múltiples vías de soporte.
2.1. Disminución del Riesgo Cardíaco y Motivación para la Actividad Física Uno de los beneficios fisiológicos destacados es la reducción del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Estudios, como el de la American Heart Association, han determinado que las personas que pasean a sus perros cumplen con un 54% más de los niveles de energía recomendados para la rutina diaria. En el contexto del duelo, donde la inmovilidad y la falta de motivación son comunes, el animal de compañía actúa como un agente movilizador. La necesidad de atender al animal –sacarlo a pasear o darle de comer– obliga al individuo en duelo a levantarse y realizar actividades, lo que facilita el despeje mental y la distracción del dolor. Esta activación física, aunque mínima inicialmente, es crucial para la salud física y mental del doliente.
2.2. Prevención de Sentimientos de Soledad y Depresión La presencia de un animal en casa ayuda a la persona a sentirse más segura de sí misma y protegida, evitando depresiones por sentimientos de soledad. Su compañía estimula el contacto físico y la comunicación, ofreciendo una actividad de relajación a quienes les hablan. En momentos de ansiedad o depresión, los animales conectan a las personas con la realidad, actuando como anclas. Un animal es el primero en reaccionar ante una amenaza percibida, lo que puede ayudar a disipar sensaciones de irrealidad en un ataque de ansiedad. El simple acto de tocar al animal y sincronizar la respiración con la suya puede ayudar a regular el propio sistema nervioso. Esta interacción ininterrumpida asegura que la persona no se sienta sola, incluso en la ausencia del ser querido, proporcionando una presencia constante y reconfortante en el hogar.
2.3. Centrar la Atención en el Aquí y el Ahora y la Higiene Mental Los animales de compañía contribuyen a la higiene mental al centrar la atención del tutor en el "aquí y el ahora". Actividades como el cepillado o el aseo del animal no solo son agradables para ellos, sino que también generan una sensación de bienestar en el tutor al realizar una acción de cuidado por otro ser. Esta atención plena desvía el pensamiento de rumiaciones dolorosas o estresantes, enfocándolo exclusivamente en la interacción con el animal. A diferencia de las interrupciones humanas, la presencia de un animal generalmente es recibida con una predisposición a prestarle atención, lo que promueve momentos de concentración y relajación.
2.4. Mejora del Estado de Ánimo y Estimulación de Neurotransmisores La interacción con animales de compañía ha sido científicamente vinculada a una mejora notable en el estado de ánimo. Diferentes encuestas han revelado que las personas con perros o gatos experimentan menos tristeza y se sienten mejor, incluso cuando están deprimidas, al jugar o interactuar con sus animales. Esto se debe a que el juego con un animal de compañía estimula la producción de serotonina y dopamina, mientras que el cortisol, la hormona del estrés, disminuye. La serotonina, dopamina y endorfinas son neurotransmisores esenciales que transmiten señales entre las neuronas y están directamente relacionados con el bienestar y las emociones. La serotonina ayuda a regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito, funciones a menudo alteradas durante el duelo. La dopamina interviene en la motivación, el placer y el movimiento, mientras que las endorfinas actúan como analgésicos naturales, reduciendo el dolor y generando una sensación de bienestar. Por lo tanto, la interacción con un animal de compañía ofrece un estímulo neuroquímico directo que contrarresta los efectos fisiológicos negativos del duelo.
2.5. Libertad para Expresar Sentimientos y Emociones Los animales de compañía permiten a las personas expresar sus sentimientos y emociones con total libertad. A diferencia de los seres humanos, que a menudo pueden juzgar o intentar "arreglar" el dolor, los animales ofrecen una presencia incondicional y no enjuiciadora. Uno puede llorar a todo pulmón, gritar o auto-consolarse sin preocuparse por la reacción del animal; este simplemente estará allí, acompañando y permitiendo el proceso sin interrupciones ni comentarios no solicitados. Esta aceptación incondicional es fundamental para la validación emocional y el procesamiento saludable del duelo.
2.6. Apoyo en la Transición de Otras Pérdidas La capacidad de los animales de compañía para brindar apoyo se extiende más allá de la muerte de un ser querido, abarcando una diversidad de pérdidas significativas que marcan las transiciones vitales. Estos incluyen la pérdida por separación o divorcio, la pérdida del patrimonio, la pérdida de la salud (propia o de un ser querido), el deterioro progresivo de capacidades, los cambios de etapa vital (niñez, juventud, vejez), la pérdida de rol, o la pérdida de libertad o independencia.
En situaciones como el divorcio, donde el hogar y la rutina se alteran drásticamente, el animal de compañía proporciona una constante emocional. No les importa si la casa es grande o pequeña; su principal preocupación es la presencia y el afecto de su tutor. En el caso de la pérdida de la salud, los animales demuestran una lealtad inquebrantable, permaneciendo al lado de la persona enferma sin exigir nada, incluso sin comer o beber hasta que el tutor tenga la fuerza para levantarse.
La "ausencia del ser amado" se refiere a la falta de presencia física y emocional de una persona significativa. Esta ausencia puede generar sentimientos intensos de tristeza, dolor, soledad y añoranza. Sin embargo, la presencia del animal de compañía puede mitigar estos sentimientos, ofreciendo una compañía constante que demuestra que el duelo no se transita solo. Se relatan casos donde el animal y el tutor esperan juntos el regreso de un ser querido fallecido, proporcionando un apoyo mutuo tácito en el dolor.
Incluso en el "nido vacío", cuando los hijos abandonan el hogar familiar para independizarse, los animales de compañía pueden llenar el vacío de amor y cuidado que los padres experimentan. A menudo, un animal "encargado" por un hijo se convierte en un miembro querido y central de la vida de los padres, recibiendo todo el amor y los cuidados que antes se dedicaban a la crianza.
3. La Longevidad del Animal de Compañía y la Acumulación de Pérdidas
Gracias a los avances en la medicina veterinaria, la alimentación y los cuidados generales, los animales de compañía viven más tiempo que nunca, con casos de pacientes que superan los 20 o 22 años. Esta longevidad plantea una perspectiva única sobre el acompañamiento en la vida humana: ¿cuántas pérdidas importantes puede transitar una persona acompañada por el mismo animal de compañía?.
La vida de un animal de compañía, aunque más corta que la de un humano, abarca múltiples etapas de la vida de sus tutores. Un adolescente que recibe su primer perro a los 15 años y lo tiene durante otros 15 años, transitará con ese animal el paso a la adultez, la independencia del hogar parental, quizás un matrimonio o un divorcio, e incluso la muerte de otros familiares. Este animal se convierte en un testigo y un pilar constante a lo largo de diversas transiciones y duelos. En ocasiones, el animal de compañía es el "único recuerdo en vida" de un ser querido fallecido, sirviendo como un vínculo tangible con la memoria de quien ya no está.
4. El Duelo por la Pérdida de un Animal de Compañía y las Redes de Apoyo
La pérdida de un animal de compañía, ya sea por enfermedad prolongada o muerte repentina, es una experiencia dolorosa y un tipo de duelo legítimo. El duelo, siendo una respuesta natural tras el fallecimiento del ser amado, se vive de manera diferente por cada persona y requiere de un tiempo y una manifestación propios. Para transitar esta pérdida, la persona necesita recursos internos, pero también, y de manera crucial, redes de apoyo.
Las redes de apoyo fundamentales incluyen a la familia, amigos, compañeros de trabajo y el médico veterinario. La familia debe ofrecer un apoyo incondicional y empático, evitando comentarios negativos como "ya no llores" o "te compro otro", y en su lugar, manifestar comprensión y acompañamiento. Los amigos pueden brindar un apoyo invaluable simplemente escuchando y estando presentes para el doliente.
El médico veterinario juega un papel especialmente sensible y vital. Su responsabilidad incluye comunicar noticias difíciles con cuidado, proporcionar acompañamiento durante la enfermedad del animal y ofrecer soporte antes, durante y después de la eutanasia, si se toma esa decisión. Este acompañamiento profesional es crucial para mitigar la culpa y facilitar la comprensión del proceso.
4.1. El Dilema de un Nuevo Integrante en la Familia Una de las decisiones más complejas después de la pérdida de un animal de compañía es cuándo o si traer un nuevo integrante a la familia. La especialista Yurixi Sarai González Romero enfatiza que debe ser una decisión propia y consciente del tutor. Regalar un animal a alguien en duelo puede generar en la persona la sensación de que el nuevo animal "está ocupando un espacio que no le pertenece", provocando sentimientos de culpa o la percepción de que está rompiendo juguetes o hábitos del animal fallecido. Esto puede llevar a la negativa de volver a tener un animal de compañía para evitar experimentar el dolor de la pérdida nuevamente.
Es fundamental reconocer que un nuevo animal no sustituye al anterior; cada uno tiene su propio lugar, nombre y personalidad. Tomar la iniciativa de tener un nuevo animal por decisión propia conlleva ventajas significativas: el tutor es consciente del compromiso que adquiere y se da una nueva oportunidad de vivir la nueva realidad, aceptando que es un animal con su propio espacio. Permite "volver a amar un animalito" y darse la oportunidad de vivir nuevas experiencias, reconociendo el amor incondicional que estos seres ofrecen sin "deudas pendientes".
4.2. La Culpa y la Responsabilidad en la Pérdida del Animal de Compañía La culpa es una emoción recurrente y natural en el duelo por la pérdida de un animal. Se define como la sensación interna permanente de haber hecho algo mal. Dada la dependencia total de los animales hacia sus tutores, es común que surjan preguntas como "¿Qué hice mal?" o "¿Qué pude haber hecho diferente?". Culpabilizar a otros es una forma de evadir el dolor, la aflicción y la desesperación de tener que aceptar que la vida debe continuar sin el ser amado.
Sin embargo, es crucial diferenciar entre culpa y responsabilidad. La culpa puede estancar el proceso de duelo si no se reconoce y trabaja. La responsabilidad implica haber brindado los cuidados necesarios, lo cual, según la experta, "aminora la culpa en la pérdida de los animales de compañía". Los pilares del bienestar animal, conocidos como las "Cinco Libertades de los Animales", sirven como una guía para mitigar la culpa post-pérdida:
- Libres de hambre y sed: Acceso a alimentación y agua suficientes y de calidad.
- Libres de sufrimiento: Ambiente cómodo para el descanso y evitar incomodidad o estrés.
- Libres de dolor, lesiones o enfermedad: Medidas preventivas (revisiones veterinarias periódicas) y tratamientos eficaces.
- Libres de miedo y estrés: Protección del temor y la angustia, creando ambientes seguros.
- Libres para expresar sus comportamientos naturales: Oportunidad de realizar actividades propias de su especie (jugar, explorar, interactuar).
Al saber que se cumplieron estas libertades, la culpa se desvanece, ya que se hizo todo lo posible por el bienestar del animal, permitiendo vivir el presente y disfrutar la vida junto a ellos.
5. Herramientas y Estrategias para el Apoyo en el Duelo
Más allá de la presencia del animal de compañía, el proceso de duelo se beneficia de diversas herramientas y estrategias. Es fundamental atender la salud mental del doliente, lo que puede implicar buscar el apoyo de profesionales como tanatólogos, psicólogos o psiquiatras.
Para facilitar la expresión y el procesamiento emocional, se recomiendan prácticas como:
- Verbalizar los sentimientos y emociones.
- Unirse a grupos de apoyo, donde se puede compartir la experiencia con personas que atraviesan situaciones similares, ofreciendo un espacio de comprensión y no juicio.
- Escribir: La escritura permite expresarse libremente y plasmar sentimientos sin sentirse juzgado.
- El Arte: No se requiere ser un artista; el arte relaja, permite la concentración y la expresión de pensamientos internos a través de la pintura o el dibujo.
- Crear un "álbum de recuerdos": Recopilar fotos, dibujos y narrar aventuras vividas con el ser amado, ya sea persona o animal, ayuda a regresar a los recuerdos positivos y honrar el vínculo.
Estas herramientas, combinadas con el apoyo constante de un animal de compañía, construyen un marco integral para transitar el duelo de manera más saludable, facilitando la expresión de las emociones y el proceso de adaptación.
6. Conclusión
Los animales de compañía se han revelado como fuentes significativas de estabilidad emocional y apoyo incondicional en los complejos procesos de duelo y otras transiciones emocionales. Su capacidad para mitigar la soledad, reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo mediante la estimulación de neurotransmisores clave, y ofrecer un espacio libre de juicio para la expresión emocional, es un testimonio de su profundo impacto terapéutico.
La presencia de un animal de compañía puede ser un catalizador para la activación física en el duelo, un ancla en la realidad para quienes experimentan ansiedad, y un compañero silente que valida el dolor sin exigencias. Además, al acompañar a sus tutores a través de múltiples pérdidas a lo largo de años, demuestran una lealtad y una presencia que se convierte en un recordatorio constante de amor incondicional.
Si bien la pérdida de un animal de compañía es un duelo en sí mismo, la comprensión de este vínculo y el fomento de redes de apoyo, junto con herramientas terapéuticas, son esenciales para una adaptación saludable. La decisión de acoger un nuevo animal debe ser siempre consciente y personal, reconociendo la singularidad de cada ser y la oportunidad de vivir nuevas experiencias de amor.
En última instancia, el conocimiento y la valorización del rol de los animales de compañía en el manejo del duelo enriquecen el campo de la tanatología y la salud mental. Como bien expresó Anatole France, "Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida". Reconocer y honrar este vínculo es un paso fundamental hacia una comprensión más holística y compasiva del proceso de duelo y la resiliencia humana. Este campo merece una investigación continua y una mayor integración en las prácticas terapéuticas, para que más personas puedan beneficiarse de la curación que los animales de compañía ofrecen.
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