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- Analizar el impacto de la ausencia de padre en el ciclo vital.
- Analizar las características del duelo por la muerte del padre.
Resumen de la Sesión Académica: "El Legado Invisible: Reconstruyendo la Vida Tras la Ausencia de mi Padre"
La sesión académica de junio, organizada por la Asociación Mexicana de Tanatología (AMTAC), contó con la participación del Dr. Enrique Romero, un experto en psicoterapia psicoanalítica y profesor de tanatología. El objetivo central de la presentación fue explorar el concepto del duelo, específicamente en relación con la pérdida o ausencia de la figura paterna.
Conceptos Fundamentales del Duelo El Dr. Romero comenzó definiendo el duelo como la emoción más intensa que experimentan los seres humanos ante una pérdida, siendo el dolor su centro fundamental. Destacó que el manejo y la gestión del dolor determinan si un duelo es considerado "normal" o "complicado".
A diferencia de las teorías clásicas de Elisabeth Kübler-Ross que se enfocan en etapas y tiempo definido, la investigación moderna sugiere que el tiempo para la resolución del duelo es variable y difiere, por ejemplo, entre niños y adultos. Además, el Dr. Romero enfatizó que, para algunos teóricos, los duelos no se "resuelven" sino que se "sobrellevan", lo que implica aprender a vivir con el dolor de la pérdida.
La Ausencia Paterna en México: Una Hipótesis de Duelo Colectivo Un punto crucial de la sesión fue la hipótesis de que gran parte de la población mexicana podría estar en un proceso de duelo prolongado debido a la ausencia del padre. Según datos del INEGI:
- En 2010, había 6,916,206 viviendas con una mujer como persona de referencia, cifra que aumentó a 11,474,983 en 2020. Esto indica un notable incremento en hogares sin una figura paterna.
- En el censo de 2020, el 34.3% de la población declaró que su padre vivía en otra vivienda, el 28% que había fallecido, y el 1.4% no sabía nada de su padre.
Estos datos sugieren que el dolor no solo surge por la muerte física, sino también por la ausencia del padre en la familia, ya sea por vivir en otro lugar, por abandono, o por la decisión de la madre de ser soltera. Un niño pequeño, incluso de 4 o 5 años, se da cuenta de la ausencia de un padre en comparación con otras familias completas, lo que puede generar dolor y desconcierto.
Formas de Ausencia y Dolor El duelo por el padre no se limita a su fallecimiento. Otras formas de ausencia que generan dolor incluyen:
- Padres que viven en otra familia con una nueva pareja e hijos.
- Padres ausentes emocionalmente, que actúan únicamente como proveedores económicos pero descuidan la provisión de afecto y cariño. Esto es común en varones con el convencimiento de que su única función es la provisión material.
- La pérdida de una figura que, aunque viva, está ausente.
El Impacto de la Pérdida Parental en Diferentes Etapas de la Vida La función de los padres y el impacto de su pérdida varían según la etapa de desarrollo:
- Niños (0-7 años): Los padres son figuras de seguridad y protección. Su pérdida genera una sensación de que el mundo es peligroso e inseguro.
- Adolescentes: Los padres son cruciales para la formación de la identidad, sirviendo como modelo (por semejanza o contraste). Su ausencia puede dificultar este proceso.
- Adultos: Aunque la seguridad e identidad ya estén construidas, la pérdida de los padres, incluso en la adultez, trae consigo una sensación de inseguridad y miedo. Sin embargo, la pérdida más profunda es la de la fuente de amor incondicional, tanto para recibir como para dar. Los padres son considerados los vínculos más seguros y las figuras de "amor seguro" para la supervivencia física y emocional.
El Duelo por la Figura Paterna Masculina La muerte del padre varón tiene características distintivas. El duelo puede empezar mucho antes del fallecimiento físico:
- Cuando los padres enferman o envejecen, obligando a cambiar la imagen idealizada de fortaleza.
- Cuando los padres ya no reconocen a sus hijos debido a enfermedades neurológicas.
- Cuando los padres se convierten en una carga económica, de preocupación o de cuidados físicos.
- Cuando su calidad de vida ha disminuido.
Tradicionalmente, el padre varón ha sido percibido como la figura de provisión, fortaleza y solución de problemas. Su muerte significa la pérdida de esta representación de seguridad y apoyo, una diferencia importante respecto a la muerte de la madre. La figura de Dios, a menudo referida como "Dios Padre" o "Padre Redentor," refuerza esta representación masculina de protección y cuidado.
El Propósito del Duelo El duelo se experimenta cuando hay un vínculo emocional con la persona perdida. Existen dos puntos de vista sobre su propósito:
- Es una enfermedad temporal que requiere recuperación, con síntomas que pueden ser controlados con medicación.
- Es un proceso adaptativo donde los síntomas (tristeza, miedo, falta de apetito) son necesarios para la elaboración de la pérdida y la aceptación de la nueva realidad.
Aceptar la realidad de la muerte (decir "mi papá murió" en lugar de "trascendió") es fundamental para procesar el duelo. Además, la sesión subraya que la madre puede cumplir mejor sus funciones si cuenta con el respaldo y protección de una figura paterna, enfatizando la importancia complementaria de ambos padres en el desarrollo de los hijos.
Factores que Influyen en el Duelo por el Padre Fallecido La capacidad para sobrellevar la muerte del padre depende de varios factores:
- Tipo de relación con el padre: Una relación de agradecimiento, odio, o abandono, incluso si no convivieron físicamente, influye en el proceso.
- Sistema de apoyo social: La presencia de otras figuras paternas (abuelos, hermanos mayores) puede mitigar la pérdida.
- Contexto cultural y religioso: Las creencias espirituales o religiosas pueden ofrecer esperanza y una "conexión" que no se rompe con la muerte, lo cual facilita el duelo. La ausencia de estas puede ser un factor de riesgo.
- Forma del fallecimiento: Muertes traumáticas, como presenciar el deceso, pueden resultar en un "duelo traumático" y dejar imágenes impactantes.
- Estado emocional de los hijos dolientes: Si la persona ya atraviesa otros problemas emocionales (preocupaciones, divorcio, tristeza, depresión), la muerte del padre puede agravar su estado.
Orfandad: Una Nueva Identidad en la Adultez Finalmente, la sesión resalta que la muerte del primer progenitor marca el inicio de un período distintivo en la vida adulta: la orfandad, sin importar la edad del doliente. Convertirse en huérfano es un impacto significativo que se añade a la identidad personal. El duelo nos confronta con la realidad de que perder a alguien que se ama no es fácil, y el mayor obstáculo para superarlo es creer que hay una única forma de resolverlo.
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