lunes, 4 de mayo de 2020

CORONAVIRUS: EXPERIENCIA DE OPORTUNIDAD





CORONAVIRUS: EXPERIENCIA DE OPORTUNIDAD


La palabra “coronavirus” en las últimas semanas y meses ha sido mencionada por habitantes del planeta de todas las edades, en todas las zonas geográficas, y lo más importante es que nos está afectando a todas las personas de diferentes formas y magnitudes.

Este virus diminuto está provocando que la humanidad active el freno de mano a la actividad vertiginosa y cotidiana en la que estábamos inmersos, la vida es dinámica, está en constante movimiento y esta desaceleración abrupta es otro movimiento de la vida, lo que está generando pérdidas y ganancias, por lo tanto, nos encontramos afrontando diferentes procesos de duelo de manera personal, y colectiva, e incluso global, porque el covid 19 no identifica fronteras.

Y el duelo no es otra cosa que el proceso de dolor que resulta a cualquier pérdida significativa, y en la actual contingencia sanitaria estamos experimentando diferentes tipos de pérdidas simultáneas, por ejemplo: el encierro en casa nos evidencia perder la libertad de ir y venir por doquier como estábamos acostumbrados, nos cambia la rutina, muchas personas pierden el trabajo y el poder adquisitivo, los estudiantes están perdiendo poder ir a la escuela, sociabilizar y avanzar en sus estudios porque no todos tienen la posibilidad de tener clases en línea, se pierde la seguridad de conservar la salud ya que el covid 19 es altamente contagioso y mientras la pandemia no se controle todos corremos el riesgo de ser infectados, habrá personas que incluso pierdan la vida, se ha perdido la oportunidad de salir a vacacionar en estos días que en situación ordinaria son días de vacaciones escolares, y otra pérdida que nos cuesta mucho es el abstenernos de manifestar afecto, nuestra cultura es de “apapacho” y no poder saludar de beso y abrazo también es algo que nos está costando, porque esos besos y abrazos los dejamos reprimidos, a los adultos mayores y personas devotas les es difícil no poder asistir a sus cultos religiosos, y como estas pérdidas hay muchas más… La soledad para quienes deben de aislarse totalmente solos no es fácil para todos pues el silencio prolongado en ocasiones enferma.

Pero, aunque el panorama parece terrible, no todo es pérdida en este momento, también hay ganancias, estamos ganando la posibilidad de convivir con los nuestros, y aún cuando después de convivir de manera obligada porque no podemos salir al trabajo, a la escuela, al gym, a la estética, al cine, al café,  al restaurante, etc., nos damos cuenta de que esta es una oportunidad para reconocernos, para reconciliarnos, para resolver situaciones sin resolver, y esta experiencia nos está brindando la oportunidad de unirnos más, de dialogar, de observarnos, y empatizar unos con otros, al final de la cuarentena nuestras familias se abran reacomodado, y muchas terminarán más integradas. Me parece que es un tiempo en el que se pone a prueba toda la esencia del ser humano, su parte física, pues si no cooperamos podemos perder la salud, la parte psicológica, ya que las emociones se manifiestan con mucha facilidad en el encierro, hay personas en las que el miedo y el enojo, la incertidumbre, o ansiedad se desbordan. La parte social y afectiva, no hay interacción social con nadie que no sea la familia nuclear, y al paso de las semanas también es posible que en las familias se generen conflictos. Pero esto es realmente una oportunidad de expresarnos el amor a sana distancia, de resolver diferencias, es una oportunidad de descansar con el cambio de actividad, porque aún cuando realicemos actividades de home office, descansamos del tráfico, de los traslados, de la contaminación, y esto también pasará, la naturaleza necesitaba parar al hombre y nos ha frenado, pero también en esta etapa hemos tenido la oportunidad maravillosa de aprovechar de mejor manera nuestros tiempos. Y la parte espiritual, pues estamos teniendo tiempo y oportunidad de reflexionar, de contactar con nuestra esencia y trabajar en la relación con nosotros mismos y con la relación que tenemos con Dios, de orar y meditar. Estamos en momentos en los que nuestros valores salen a flote.

La palabra Duelus (dolor), viene de Duellum y significa guerra, combate, desafío, y es esto justamente lo que enfrentamos ahora como humanidad, un desafío mayúsculo ante esta pandemia. Psicológicamente el duelo es la respuesta emocional ante la pérdida. “El duelo es un proceso natural y muy complejo que afecta a la totalidad de la persona a nivel físico, emocional, cognitivo y espiritual. Durante este proceso la persona pasa por una serie de fases”. (William Worden,1997). La función del duelo es restituir y sanar. “La función del proceso del duelo es elaborar el impacto de la pérdida y adaptarse a la nueva situación”. (Payás, A.,2010). A pesar de experimentar sufrimiento y malestar emocional, la persona en duelo puede estar viviendo un cambio profundo”. Existe un crecimiento en la persona que se refleja en la percepción de sí mismo, del sentido de la vida y las relaciones con los demás.

El duelo siempre tiene un para qué, y Kübler-Ross nos dice que este proceso emocional consta de cinco etapas: Negación, Ira, Negociación Depresión, Aceptación. Pero en la actualidad se le han agregado dos etapas importantes: Restablecimiento y Crecimiento.
El duelo como ya he mencionado es un proceso emocional, y no podemos evitar las emociones, las cuales son instintivas, con poco tiempo de duración, pero si podemos modificar los pensamientos que acompañan, agudizan o intensifican la emoción.
No podemos olvidar que cada persona afronta y experimenta los mismos duelos de manera diferente, las etapas las puede vivir cada individuo en diferente orden e intensidad, lo importante es no permitir que las emociones nos sobrepasen y recordar que esta experiencia que hoy llamamos coronavirus o covid 19, es oportunidad y reto para ser mejores personas y reactivar al mundo de mejor manera. Tenemos la oportunidad de crecer como personas y como humanidad, soltando lo que está de más, asumir el proceso de lo que deba de irse y abrirnos a lo que venga con mayor autoconocimiento, autorregulación, empatía, optimismo, identificación emocional y buen manejo de relaciones con quienes nos rodean. Realmente considero que el famoso Coronavirus es en nuestras vidas oportunidad de crecimiento, creatividad, motivación, para superar los retos que trae consigo.

Psic. Margarita Dávila Robledo
Abril de 2019

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