martes, 21 de abril de 2020

Cuando no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos


“Cuando no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”
Viktor Frankl

¡Sal de ti, observarte y respira!

Hoy estás inmerso en un proceso de duelo que se inició cuando tus condicione habituales de vida se modificaron; ¿recuerdas ese día?

Este duelo es resultado normal ante las pérdidas reales y simbólicas como las que estás viviendo; y las que vendrán cuando el compromiso de la alerta sanitaria termine.

El duelo es un proceso cognitivo – emocional – espiritual que se va elaborando a lo largo del tiempo.
Lo puedes resolver solo, con ayuda de los demás, y para que se resuelva en menos tiempo y con menor dolor, con ayuda profesional.

Si además hace poco experimentaste otras pérdidas, el dolor de tu duelo es todavía más intenso.
Vivir tu duelo e irlo resolviendo día a día es un requisito para adaptarte a esta nueva manera de estar en la vida: en tu vida, en la de tu pareja, de tus hijos, de tu familia, tus amigos, tu ciudad, tu país, el mundo entero.

El duelo conlleva pensamientos, emociones, y acciones que entorpecen tu ritmo habitual, tu serenidad y armonía. Te hace vulnerable.

Puedes hacer responsables a otros por lo que está sucediendo, sentirte muy enojado contra todo y contra todos y actuar en ocasiones de manera impulsiva e irracional. También matizar tus días de tristeza, agitación, frustración, incertidumbre, ansiedad, cansancio, pensamientos desastrosos, culpa, temor, hasta desesperanza.

Es normal. Estás en duelo debido a una situación inesperada.

Y para resolverlo tienes que tomar la decisión de querer recuperarte, porque es falso que el tiempo lo cura todo, lo que te va a curar es tu actitud de cada día ante el tiempo; se trata de hacer un compromiso activo con la vida. Se trata de construir tu sentido del presente para adaptarte a esta situación nueva que ha aturdido tu manera habitual de vivir.

Esfuérzate para que cada día sea diferente y mejor. Con nuevos hábitos y confianza. Programa horarios y actividades, desde regar tus plantas hasta aprender algo nuevo en línea.

Cuando regresen días difíciles reconócelos para poderlos descargar. Es parte de tu proceso.
Siempre ten presentes tus recursos para salir adelante: fe, empatía, compasión, oración y meditación, creatividad, constancia, intuición, confianza, buen humor. Muchas veces lo has logrado ¡ya sabes lo que es y lo que se siente salir adelante y construir con tus recursos una nueva estructura interna!
Y en esta cuarentena, también una estructura externa para compartir en casa.

Has contado siempre con tu espiritualidad como hilo conductor de tu vida; conformada por tu voluntad, libertad y responsabilidad que han definido lo que para ti es realmente valioso y digno de ser amado.
Por último, haz un recuento de las personas con quienes hoy compartes la vida y agradécelo; de las posibilidades de protección en casa y agradécelas.

El agradecimiento es una magnífica herramienta para reconocer tu propia tarea, tu propia misión y compartirla.

Utiliza una manera amorosa y paciente, sin juicios, para registrar tus avances y retrocesos en este proceso de duelo. Y si te decides por ayuda profesional, ¡búscala!

Recuerda salir de ti, observarte y respirar…

Psic. Tan. Angelina C. Pacheco

No hay comentarios.:

Publicar un comentario