miércoles, 28 de marzo de 2012

El duelo para niños

¿Cómo explicar la muerte a los infantes? Tomado del suplemento ¿Cómo te explico?
de EL UNIVERSAL

Sí, Juanito volvió hoy a la escuela, pero vamos a tener que estar con él hasta que pueda ir superando la muerte de su abuelo.

Frente a distintas pérdidas que sufrimos durante el transcurso de nuestras vidas, es inevitable atravesar por un proceso de duelo.

Cuando perdemos a una persona amada, necesitamos aceptar su muerte e ir desatando algunos de los lazos que nos unían a esa persona para recuperarnos. Y el duelo es la relación frente a la pérdida de ese ser querido.

No podemos evitar que los niños sufran por una pérdida, porque cuando muere un ser querido, el primer golpe por esa muerte es muy fuerte y compromete todos los aspectos de la vida de la persona.

La pérdida provocará, necesariamente, dolor. sin embargo, cada niño vive ese proceso de una forma diferente.

No todos tenemos los mismos tiempos. El duelo es un proceso absolutamente personal y depende de la cultura de la que formamos parte.


- Ya pasó una semana desde que volvió Juanito. ¿Te parece normal que siga triste?

Y así como cada persona necesita sus propios tiempos, es normal que abosrba por un tiempo nuestras energías hasta que va aceptando la pérdida y recobrando las ganas de vivir. Ponernos tristes significa que estamos aceptando la muerte.

El duelo es un proceso normal que no debería ser perturbado.

¿Y después, cómo seguir? Con el tiempo, los niños irán experimentando una progresiva disminución de ese sufrimiento. La experiencia dolorosa se va a integrar poco a poco, como otra experiencia en sus vidas.

No dejará de ser una experiencia importante, pero irá dejando de absorberles toda la atención.

¿Cómo nos damos cuenta de que ese niño comenzó a elaborar su duelo?

Como decíamos, elaboramos el duelo cuando empezamos a pensar en lo que hemos vivido, cuando logramos asimilar la pérdida, cuando podemos hablar, pornerlo en palabras. Así, poco a poco, vamos suavizando el impacto de lo sufrido.

- Matías dejó de hablar. Desde que murió el abuelo estaba irreconocible, no hablaba ni en los recreos. Y en una de esas, Camila dijo que el fin de semana había ido a dormir a la casa de los abuelos.

Entonces yo me acordé de que él también iba y me animé a preguntarle si se acordaba lo que hacía con su abuelo. Se puso a contarme despacito, después se entusiasmó cada vez más y terminaron los dos contándose cosas de los abuelos.

Por eso, dejar espacio para un niño que sufrió una pérdida se exprese y pueda ir elaborando su duelo es importante. Tan importante como tener en cuenta que cada niño tendrá sus tiempos: si en un primer momento, ante el impacto de la muerte no pueden hablar, es bueno respetar el silencio.

Los psicólogos dicen que para estar de duelo, primero se trata de aceptar que hemos perdido algo importante. Se trata de no renegar de ello.

Por eso son escenciales, en cada cultura, los ritos funerarios, los velatorios y los cementerios, como un modo de aceptar esa primera muerte.

Si pensamos en nuestra propia experiencia como menores ante la muerte de un ser querido, además del dolor que sentíamos por esa pérdida, vivíamos ese hecho con mucha curiosidad. Queríamos saber a dónde llevarían a esa persona, si podíamos ir a despedirlo y si podíamos luego ir al cementerio.

Hacer que los niños participen, en la medida de lo posible, de los ritos funerarios, será otra forma de mostrarles que la muerte es algo natural, de lo que se puede hablar.

Si los acopañamos en esos momentos y los hacemos partícipes de la despedida del ser querido, estaremos evitando futuros miedos sobre el destino del que se fue.

Una de las formas de ayudar a un niño a superar una pérdida, entonces, es poder descubrir junto a él qué significaba ese ser querido. En algunos casos será amor, en otros casos, contención, en otros compañía. Por eso, logrando expresar lo que significaba para nosotros, ya habremos transitado gran parte del trabajo del duelo.

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