miércoles, 11 de marzo de 2009

El ARTE Y LA MUERTE

Ma. del Carmen Martínez Martínez
Tanatóloga. Mtra. en Educación
Se afirma que la vida es un ciclo: nacer, crecer, reproducirse y morir, así el destino inevitable del hombre está ligado a la vida y la muerte; vivimos para morir y morimos porque vivimos. A lo largo de la historia, las diferentes culturas y sociedades han dado a la mortalidad humana diversos significados, algunos pueblos toman distancia frente al hecho, se niegan a hablar de ella y se esfuerzan porque la muerte no deje rastros visibles en su incansable transitar, otros en cambio hacen de ella una festividad, y como dice Paz[1], el pueblo mexicano hace de la muerte un acto festivo[2], ya los antropólogos han constatado regiones del sureste mexicano donde al nacer se llora y al morir se ríe.

Por ser la muerte el tránsito más duro e inexplicable para los hombres en todas las culturas y en todos los tiempos a través de ceremonias y rituales se ofrece culto a la muerte y a los difuntos. Las religiones dan respuesta acerca del destino de los muertos, y en todas ellas de una forma u otra se ofrece el retorno al mundo de los vivos, o existe la promesa de una vida posterior a la muerte.

El arte en todas sus manifestaciones teatro, música, danza, pintura, escultura, literatura, fotografía, cine ha sido el fiel testimonio de lo que a lo largo de la historia el hombre ha tenido como la propia representación de la vida y de la muerte, gracias a estas obras se ha podido conocer las formas de simbolización de nuestros antepasados y por tanto la identidad propia de cada cultura. La muerte no es sino lo que el hombre se representa, lo que ésta significa para él[3]. Como el gran poeta Jaime Sabines en el fragmento XIII de Adán y Eva nos lo dice a través de su poesía[4]
Eva ya no está. De un momento a otro dejó de
hablar. Se quedó quieta y dura. En un principio
pensé que dormía. Más tarde la toqué y no tenía
calor. La moví, le hablé. La dejé allí tirada.

Pasaron varios días y no se levantó. Empezó
a oler mal. Se estaba pudriendo como la fruta,
y tenía moscas y hormigas. Estaba muy fea.

La arrastré afuera y le puse bastante paja
encima. Diariamente iba a ver como estaba,
hasta que me cansé y la llevé más lejos. Nunca
volvió a hablar. Era como una rama seca.


No sirve para nada. Poco a poco se la come
La tierra. Allí está. Se la come el sol. No me
gusta. No se levanta, no habla, no retoña.

Yo la he estado mirando. Es inútil. Cada vez
Es menos, pesa menos, se acaba

Qué es morir, la respuesta pareciera estar suficientemente clara, ya que desde una perspectiva clínica puede definirse a la muerte como la ausencia de signos vitales resultado de un proceso degenerativo e irreversible, sin embargo, el proceso que lleva al hombre al final de su vida es mucho más complejo que la simple pérdida de de signos vitales, por ejemplo Kübler Ross afirma que la muerte es una experiencia liberadora y que puede “vivirse” sin temor o angustia[5], cabe aclarar que la muerte también representa dolor, angustia, miedo y negación, y que la forma como los hombres hacen frente a ella depende de factores socio-cuturales, espirituales, así como procesos psíquicos internos ya que éstos despliegan mecanismos de defensa frente al hecho de morir.

¿Podemos aprender a morir, a hacer de este hecho -como dice Kübler Ross- una experiencia liberadora?, la respuesta es afirmativa, es posible en primer lugar aceptar la vulnerabilidad de la vida humana, reconocer que nuestro paso por este mundo es transitorio y que el final algún día se presentará. Por otra parte para quienes el destino les juega una pesada broma y los obliga a una larga y dolorosa agonía, pueden prepararse y aprender a morir, proceso al que seguramente se puede acceder si se cuenta con apoyo psicológico y espiritual adecuado.

El lento proceso de muerte de los pacientes con enfermedades letales llevó a médicos, psicólogos, psiquiatras y religiosos a la búsqueda de apoyos que permitieran al paciente implicado en alguna enfermedad terminal, a hacer menos dolorosa su agonía, atendiendo no sólo el malestar físico[6], sobre todo el dolor emocional, moral y psicológico que la muerte trae consigo. Así, hacia mediados des años sesenta, la Tanatología hace su aparición en el campo de la salud[7], esta se define como “el estudio científico relacionado con el fenómeno de la muerte, con todas sus implicaciones médicas, sociales y humanas… esta disciplina ayuda al enfermo a tener una muerte adecuada, sino a que viva a plenitud lo que le queda de vida que siga siendo productivo, que tenga calidad de vida, y sí , que se prepare para que muera con aceptación, dignidad y paz”. De esta forma el tanatólogo, es el profesional con recursos psicológicos y espirituales para “ayudar al hombre en aquello a lo que tiene como derecho primario y fundamental: a morir con dignidad, con paz, con plena aceptación…”[8]

Pero el tanatólogo no tiene como campo de atención exclusivamente al paciente terminal, también interviene en el núcleo familiar de éste, y por igual, ofrece apoyo para que los familiares del enfermo acepten la vulnerabilidad de la vida humana, y por tanto, elaboren un duelo no patológico por la pérdida de sus ser querido. Así, se puede afirmar que la Tanatología tiene una concepción holística de la muerte, su campo de interés no se limita al paciente, incluye éste, su dolor emocional y físico, pero también las consecuencias que la muerte acarrea a los familiares más cercanos, luego no es un contrasentido afirmar que el tanatólogo no trabaja para la muerte sino para la vida.

Desde una perspectiva holística, la Tanatología entiende la muerte como un proceso, es decir, ésta no empieza y termina con la pérdida de un ser querido, pues la muerte es un fenómeno en donde intervienen factores culturales, bio-psicosociales, esprituales etc.., de ahí que afirmemos que desde una perspectiva holística el tanatólogo es un profesional que interviene frente al hecho de morir desde una postura en la que incluye diversidad de elementos.

Como puede observarse, frente al fenómeno de la muerte el Tanatólogo tiene un papel central, ya que el apoyo psicológico y espiritual que representa para el enfermo y su familia, puede ser determinante entre un final lleno de angustias, rabia, dolor, miedos, negando lo inminente, así como secuelas dolorosas y en algunos casos “petrificadas” en sus familiares, (como es el caso de un duelo patológico) y un final que conlleve a la aceptación de un hecho que por más doloroso que sea hay que enfrentar y resolver.

Lamentablemente los mexicanos guardamos nuestras penas, no es común solicitar ayuda en momentos tan íntimos como la muerte de un ser querido, sin embargo, la Tanatología lleva un tiempo abriendo espacios (tanto públicos como privados) y en los hechos demuestra que cuenta con recursos que harían del proceso del morir –como dice Kübler Ross un bien morir.

Pero ¿qué posibilidades le puede brindar el arte al tanatólogo para acompañar al doliente en su proceso de duelo?, si desde todos los tiempos ha sido a través del arte como el hombre ha podido dar testimonio de su dialogo con la vida y con la muerte, la Tanatología y el Arte comparten un fin común en su quehacer.
El arte para la salud, es un movimiento joven, surgido en la década de los 40 como Arteterapia, en la actualidad, sus campos de aplicación son diversos, por ejemplo, se emplea para diagnosticar y tratar diversos problemas psicológicos en niños y adolescentes, es un medio terapéutico que permite atender conflictos emocionales, fomentar la autoconciencia, desarrollar habilidades sociales, manejar conductas, resolver problemas, reducir la ansiedad, ayudar a orientarse hacia la realidad y fortalecer la autoestima, en el caso de quienes trabajan con recursos lúdicos, hacen del arte un medio para mejorar la calidad de vida, es decir , de crecimiento y desarrollo, por igual representa una herramienta de gran valor para atender las necesidades especiales de los niños con discapacidad, experiencias en América, Europa y Oriente han demostrado la eficacia del Arteterapia[9] en los tratamientos de atención paliativa, -sobre todo con la población infantil- y es que las expresiones artísticas facilitan el manejo de los contenidos emocionales de tal forma que los pacientes establecen canales de comunicación no necesariamente verbales.

Cuando una persona sufre y vive un intenso dolor, por un duelo en el que enfrenta una pérdida física o simbólica, su dolor es tan intenso que como señala Bárcenas[10] se llega a un momento en el que no se puede “hablar del dolor” como no se puede “hablar del silencio”. El dolor es como una llave que nos abre a lo más íntimo. El dolor como experiencia personal tiene estrecha relación como experiencia del pensamiento. “el dolor nos deja mudos, asesina las palabras, mata el lenguaje”. .Cuando no podemos acceder a las palabras es necesario usar otras vías de simbolización, el Arte le ofrece al sujeto nuevas formas para dialogar, reclamar, demandar y así transformar su dolor.

Hacer de las expresiones artísticas un instrumento terapéutico es como dice Paín- un contrasentido, en sí mismo, el arte en todas sus manifestaciones tiene contenidos psicopedagógicos, que hacen de él, “una pantalla en la que vemos el mundo a través de las imágenes de los otros” [11]es a través de los personajes que los pequeños ven su mundo por doloroso que éste sea.

“Su doctor sumamente preocupado pidió ayuda distinta a la asistencia médica. Llegaron hasta él un actor y una actriz: presentaron una obra donde, de pronto, el pequeño se convirtió en otro personaje. Así el niño contó que a pesar de ser muy amado por el médico y las enfermeras se sentía solo. Después pidió que se le hablara del cielo: la vastedad azul se hizo presente
- Dinos qué es lo que necesitas en éste momento- le dijeron
- El sol y la luna- respondió el con ojos brillantes
Luego con menor soledad pudo descansar[12]
Las artes nos permiten aplicar la imaginación como medio para explorar nuevas posibilidades, nos liberan de lo literal, nos permiten ponernos en el lugar de otras personas y experimentar de una manera indirecta lo que no hemos experimentado directamente [13]

El Arteterapia se define como una combinación de arte y psicoterapia donde cada una de las partes recibe estímulo de la otra donde lo más importante es la persona y su propio proceso; el arte es utilizado como forma de comunicación no verbal, como medio de expresión consciente e inconsciente, al reconocer que los pensamientos se expresan mejor en imágenes que en palabras [14]

Entre las manifestaciones arte terapéuticas podemos encontrar:
Musicoterapia, danzaterapia, psicodrama, dramaterapia, poetoterapia, artes visuales, risaterapia, videoterapia etc.
Las terapias de arte agregan una única dimensión a la psicoterapia : la expresión,la participación activa, la imaginación y la conexión mental.

Todas las técnicas arteterapéuticas involucran la acción, cada una tiene diferencias inherentes. Cada formulario de terapia tiene sus características propias en el trabajo terapéutico que depende de su aplicación, practicante, cliente, escena, y objetivos.

Así el Arte-terapia se centra sobre la búsqueda del sujeto para encontrar y elaborar un universo de imágenes significantes de sus conflictos subjetivos[15]. De esta forma conjugar la Tanatología y el Arte abre un espacio de intervención terapéutica que se convierte en la tierra fértil en la que el tanatólogo el paciente (niño y familia) encuentran un lugar común, un modo indirecto de interaccionar en donde se construyen los signos y significados que dan origen a un contacto emocional profundo. Las artes hacen que nos sintamos vivos, nos permiten construir y dar a los hechos por dolorosos que sean formas de relatos de esperanza

BIBLIOGRAFIA
  1. De la Borbolla, Oscar. La muerte y sus sentidos. Revista México Indígena INI .1985
  2. Bárcenas, Fernando. Antropología del Dolor. Universidad Complutense de Madrid. 2001
  3. Eisner Elliot W. El arte y la creación de la mente. Ed. Paidós .España.2004
  4. Klain J. P. Ateterapia una introducción, Ed. Octaedro . España 2006.
  5. Kübler Ross. Los niños y la muerte. Ed. Luciérnaga. España 1992
  6. Martínez ,Carmen. Tanatalogía una intervención a través del arte. Tesina UNAM. México 1997
  7. Martínez Noemí y López marian. Arteterapia y educación. Universidad Complutense de Madrid. 2004
  8. Paín, Sara y Jarreau, Gladis. Una psicoterapia por el arte. Ed. Nueva Visión. Argentina 1994
  9. Paz. Octavio. El Laberinto de la Soledad. Fondo de Cultura Económica, México
  10. Reyes Zubiría. Bases fundamentales de psicoterapia y espiritualidad, edición del autor. México 1992
  11. Sabines, Jaime. Poesía Universal. Ed. Joaquín Mortiz


Ma. del Carmen Martínez Martínez
marcarmenmar@prodigy.net.mx
cel. 04455-11-91-37-12

[1]Paz, Octavio. El laberinto de la Soledad, F.C.E. México
[2] La Calaveras de Posada Arte popular mexicano, magistral ejemplo del sentido que los mexicanos dan a la
muerte
[3] De la Borbolla, Oscar. La muerte y sus sentidos. Revista México Indígena INI .1985
[4] Sabines Jaime.
[5] Véase Kübler Ross. Los niños y la muerte. Ed. Luciérnaga. España 1992
[6] Cabe hacer notar la diferencia entre enfermedad terminal y enfermo en fase terminal, la primera como se indica en una nota anterior señala que es: aquella persona que padece una Enfermedad potencialmente terminal; por lo que probablemente vaya a morir en un tiempo relativamente corto”, mientras que un enfermo en fase terminal es: La persona moribunda. Hacemos incapié en “persona” ya que el moribundo sigue siendo persona, por más moribundo que esté” Reyes Zubiría, Bases fundamentales de psicoterapia y espiritualidad., edición del autor, México p.14
[7] En nuestro país, el dr. Reyes Zubiría Funda hacia finales de los ochenta la Asociación Mexicana de Tanatología
[8] Definición de dr. Reyes Zubiría en, Jiménes Flores, “Tanatología: un nuevo concepto del tránsito a la muete y el derecho al buen morir”, Cultura suplemento del periódico Crónica, México 20 de octubre 1996
[9] Klain J. P. Ateterapia una introducción, Ed. Octaedro . España 2006.
[10] Bárcenas, Jorge. Antropología del Dolor
[11] Pín, Sara y Jarreau, Gladis. Una psicoterapia por el arte. Ed. Nueva Visión. Argentina 1994
[12] Martínez ,Carmen. Tanatalogía una intervención a través del arte. Tesina UNAM. México 1997
[13] Eisner Elliot W. El arte y la creación de la mente. Ed. Paidós .España.2004
[14] Martínez Noemí y López marian. Arteterapia y educación. Universidad Complutense de Madrid. 2004
[15] Pín, Sara y Jarreau, Gladis. Una psicoterapia por el arte. Ed. Nueva Visión. Argentina 1994


1 comentario:

  1. Anónimo6:41 p.m.

    Es bien doloroso que un hijo de 17 años se baya antes que la madre, porque no estamos preparados para recibir ese golpe agudo en nuestro ser. Deseamos morirnos antes ya que pensamos que nuestros hijos tienen muchas cosas que hacer aún,pero al enfrentarnos con esta perdida vemos que no somos inmortales que en cualquier momento nos pasa a nosotros y debemos de estar preparados psicologicamente para enfrentarnos a ese destino.

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