martes, 20 de julio de 2010

El derecho a morir con dignidad

Claudia Sofía Corichi
El derecho a morir con dignidad
Organización Editorial Mexicana
20 de julio de 2010



La tanatología es la disciplina que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos y tiene como principal objetivo el propiciar en el enfermo terminal los cuidados necesarios para mantener su calidad de vida durante el proceso de su agonía, así como los elementos que le aseguren una muerte digna y en paz, resolviendo las situaciones conflictivas que suceden en torno a ella.

Todos los seres humanos tenemos el derecho de morir dignamente, con el menor sufrimiento posible y la mejor atención, sin que se corte prematuramente la vida, pero, también en algunos casos, sin que ésta se alargue innecesariamente.

Mejorar los índices de calidad de vida es una aspiración de todas las sociedades y su búsqueda una obligación de los estados. En ese sentido, recientemente se publicó una investigación llevada a cabo por Economist Intelligence Unit (EIU) en 40 países de mediano y alto desarrollo, en donde se estableció un "índice de calidad de muerte", que clasifica a los países estudiados de acuerdo a su provisión de cuidados paliativos, acceso a tratamientos analgésicos, políticas y fondos públicos para enfermos terminales, así como percepciones individuales y comunitarias de la muerte.

Según el estudio, Inglaterra es el mejor país del mundo para morir, seguido por Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Bélgica. Por el contrario, dentro de los países analizados -sólo 40, de medianos y altos ingresos- los últimos lugares los ocupan México, China, Brasil, Uganda e India. De América Latina, Brasil y México fueron los únicos países que participaron en la investigación.

Además de mejorar los cuidados médicos y la legislación al respecto, se requiere actuar sobre la percepción que la gente tiene de la muerte; se debe lograr que se le vea como lo que es, el fin natural de la vida, desposeyéndola de los numerosos tabúes que la rodean. Prepararse para la muerte no debe de identificarse con una rendición, sino como un naturalísimo tránsito de una etapa a otra, sea cual sea.

La posición en el ranking del "índice de calidad de la muerte" nos demuestra que no hay relación directa entre el presupuesto destinado a salud y la atención a enfermos terminales; existen países con un muy buen sistema de salud, pero bajo en el índice de calidad de muerte, como Dinamarca.

El informe destaca como el "asunto práctico más importante" para una adecuada calidad de muerte, es el de mejorar la disponibilidad de fármacos analgésicos: los opioides, como la morfina y sus equivalentes. Con estos productos se elimina, o al menos se reduce, el dolor que muchos de los enfermos terminales padecen.

En nuestro país sería relativamente fácil disponer de morfina para los enfermos terminales. México es un importante cultivador de adormidera y con ello productor de goma de opio, la que constantemente es decomisada a narcotraficantes y en el que, por la Ley de Salud, se permite su derivación hacia el sector salud. Las principales objeciones al uso de la morfina como analgésico es la adicción que puede causar, asunto sin importancia en el caso de enfermos terminales, y la dificultad de su control. La totalidad de los decomisos de opiáceos que realizan las autoridades de seguridad y de procuración de justicia debe ser utilizada por el sector salud para combatir el dolor de los enfermos terminales, y así mejorar la calidad de sus últimos días.

Requerimos, también, una mayor capacidad en el personal de salud para entender y atender a los enfermos terminales, y una concientización de la sociedad en general sobre la importancia de coadyuvar a que nuestros familiares tengan una buena muerte, así sea tan sólo porque nosotros también moriremos.

Sin duda, a todos nos gustaría que cuando llegue el momento de asumir la muerte, ésta llegue a nosotros con el menor dolor y el menor sufrimiento posibles.


http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n1714699.htm

2 comentarios:

  1. Cada ser humano goza de un derecho natural: el libre albedrío, él o ella deciden el momento de morir; no necesita ninguna autorización para dejar este mundo, simple decisión propia, dejando de comer y de ingerir bebida alguna, sufriendo hambre y sed por unos cuantos días.
    Sin embargo, existen cápsulas o inyecciones letales que puede utilizar en el momento que así lo decida, ninguna autoridad o familiar alguno puede impedirlo.
    El que después de su muerte sea criticado o aplaudido, al fallecido no le afecta para nada, ni debe afectar a nadie.

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  2. Muchas gracias por la información,

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